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20.4.10

Un reto a los santistas

Si han leído este blog recientemente o me siguen en Twitter, sabrán que si las elecciones fueran mañana mi voto sería por Antanas Mockus. Si me conocen de un poco antes, también sabrán que he escrito muchas cosas –con la cabeza y con el corazón– contra el presidente Uribe y que casi nunca he estado de acuerdo con su proceder en estos años.

Eso pese a que yo he sido beneficiado por la Seguridad Democrática. Mi familia tiene una finca en una zona rural de Colombia. Es un lugar acogedor que me gusta visitar de vez en cuando. Antes de 2002, los guerrilleros de un frente de las Farc se paseaban con toda la tranquilidad del mundo por esas tierras. Nadie, ni el Ejército ni los propietarios legítimos de ellas –nosotros–, podía impedir que se cumpliera su voluntad.

Con el aumento de la presencia militar en las zonas rurales impulsado por Uribe, pudimos volver a la finca e incluso remodelarla. Fueron más de cuatro años de abandono y de desangre financiero, pues de todos modos los impuestos y el sueldo del cuidador seguían cobrándose. Debo decir que me complace que el Presidente haya cumplido con su deber de garantizar que mi familia pueda disfrutar de sus derechos sobre esa tierra.

Pues bien. Una de las razones que esgrimen los partidarios de Juan Manuel Santos es que es el único candidato que puede preservar ese estado de cosas. Sin Santos, dicen sus áulicos, todo volverá a ser como antes. Yo no creo, pero les voy a dar el beneficio de la duda.

Reto a los 'santistas' a que me digan por qué eso es así. Los reto a que me demuestren, con argumentos y sin falacias ni sofismas, que si Juan Manuel Santos no obtiene la Presidencia yo no voy a poder regresar a la finca de mi familia en los próximos cuatro años.

Las reglas del juego son las siguientes: Cualquiera puede responder con un comentario, no tiene que identificarse. Yo calificaré las respuestas. Si identifico una falacia o un sofisma en la respuesta, lo argumentaré. Si alguien no está de acuerdo, puede expresarlo con un comentario, el cual me comprometo a responder. La moderación de comentarios no está activada –nunca lo ha estado en este blog–.

Ahí les va el reto. Yo quiero saber por qué es que las Farc están esperando al siete de agosto para hacer fiesta.

12.4.10

Mockusistas y furibistas

Hay algo que está saliendo mal en la campaña de Mockus. Que haya que recordar que Mockus no es mesiánico –y que algunos de sus seguidores lo tengan como un mesías– indica que hay una incoherencia entre los postulados del candidato y las acciones de sus seguidores. Y eso es un síntoma de que desde la campaña se está enviando el mensaje equivocado.

Es preocupante que no todos sus seguidores tengan claro que el candidato verde se ubica en las antípodas del mesianismo. Y es más preocupante aún que, so pretexto de los votos, Mockus no esté evitándoles decepciones futuras a sus seguidores. Eso no es honesto, aun cuando no se haga de mala fe.

Lo que más me gusta de Mockus es que no tengo que estar del todo de acuerdo con él para sentirme impulsado a hacerle campaña. Si bien no ha habido claridad en muchos temas de esos que marcan una diferencia entre ser de izquierda y ser de derecha, él ha hecho especial énfasis en que escuchará los argumentos de sus opositores y tomará las decisiones que juzgue como justas y oportunas. A mi juicio, esa actitud de gobierno es la nuez de la democracia. Y precisamente porque durante el mandato Uribe muchísimos colombianos –uribistas y antiuribistas– perdieron esa perspectiva de discusión pública, es que creo que Mockus debe ser presidente.

Pero muchos 'mockusianos' que descalifican a quienes no están de acuerdo con ellos no actúan de acuerdo con ese principio. Siendo estrictos, se puede ser 'mockusiano' sin votar por Mockus. Cuando se inscribió como candidato a la Presidencia, dijo:
“Si usted va a votar por mí, pero no lo está haciendo en conciencia, no es porque usted lo decide… Mejor no vote por mí. Vote por aquel que le diga su conciencia. Aquel o aquella que le diga su conciencia”.
Ser 'mockusiano' es exactamente lo contrario a ser 'furibista': es creer que los opositores pueden tener la razón y que, por eso, tienen derecho a ser escuchados –así se trate de opositores 'furibistas'– . Es creer que el otro también puede razonar y exponer sus propios argumentos. Es ser consciente de que no todos los votos responsables ni honestos tienen que ser votos por Mockus.

La campaña debería pasar de estar basada en la euforia y en explotar el aura de Mockus –que la tiene, y mucha– para empezar a esgrimir los argumentos y las propuestas. Es vital recordarles el 'mockusianismo' a algunos 'mockusianos', y esa no puede ser una labor de voluntarios ni de blogueros. Llevamos ocho años hastiados del 'furibismo' como para que algunos miembros de la 'ola verde' nos lo recuerden.

PD: Dicho esto, debo pedir disculpas por este tweet, en el que me comporté como un 'furi-mockusista'.