
Como buena abuela, ama al Presidente. Dice que es "muy lindo" y que "parece un chino juicioso". Si me preguntan, ella ve en su Uribe al nieto abogado, granjero y con cara de bueno que nunca tuvo.
Doña Beatriz se acuesta viendo a Duque Linares y me llama cada vez que está viendo algo que le interesa. "Mijo, mire que en el canal siete están diciendo que el diente de león es buenísimo para la calvicie", me dijo alguna vez. Ella no se preocupa por hacerse preguntas. O eso creía yo.
Iba a votar por Santos, pero dice que el candidato "tiene su volqueta detrás, todo lo de él es Uribe". Por eso me dijo que no lo hizo. De Pardo, el candidato del que fuera su partido por más de 50 años, dice que "se ve como si estuviera enfermo". Se tocó la comisura de sus ojos y me dijo: "En esta parte como que se parece a mí, que ando tan enferma". Petro, dice, "es brillante", pero "no quiere al Presidente y no".
Cuando le dije que había votado por Mockus, hizo cara de retrasada mental. Estoy seguro de que lo que no me dijo fue: "Ay mijo, perdió su voto". "Al menos, se ve que ese señor no roba", atinó a responderme. Pero, dicho eso, volvió a hacer su cara. Yo le agradecí en silencio, no quería discutir mucho.
Acto seguido, me dijo la verdadera razón por la cual no votó por el candidato de la U. "En esa última presentación todos los demás se le fueron encima. Se nota que es un corrupto", me dijo refiriéndose al debate del viernes. No sabía que doña Beatriz se trasnochara por la política.
Luego me contó por quién había sido su voto. "Vargas Lleras es el único de esos que tiene cara de presidente", me dijo.
No me ha contado por quién va a votar en la segunda vuelta. Espero tener un margen para convencerla de que no vote por el candidato de la volqueta.